Te recuestas algo aturdido. Por qué Ingrid querría ser tu amiga? No dejas de preguntártelo, aunque de a poco vas cediendo ante el cansancio y cierras los ojos. Cuando sientes que te estás quedando dormido, recuerdas que ibas a masturbarte y no lo hiciste. No importa, de todas maneras se me habría venido la imagen de Ingrid a la cabeza piensas, y te duermes al instante.
 
Unos minutos después tocan fuértemente tu puerta y te despiertas sobresaltado, con taquicardia. Te acercas a la puerta con mucho miedo y preguntas gritado: quién es?!
 
Del otro lado se oye una voz parecida a la del Pato Donald, que dice “yo, el Pato Donald”. Te detienes y piensas un segundo…

Piensas que tienes que dejar las drogas, no te están haciendo bien.

Por qué no puede ser que el Pato Donald llame a tu puerta para resolver el misterio de tu nueva amiga Ingrid? Qué tiene de raro? Decides abrir la puerta, quizás pueda ayudarte.


VOLVER A EMPEZAR!

® Esto es copirait de Fumado, blog perteneciente a Fumado Corporation Inc. y al diario Crítica de la Argentina (sí, el de Lanata).
No lo chorees porque te mandamos a los abogados, mejor copiá la fuente: Diego de la Fuente (vale la redundancia ?) / www.criticadigital.com/fumado